24 de Abril en el Calendario Cubano
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24 de abril - Tauro
Tauro

24 de Abril
13 de abril - Restaurantes chinos en La Habana.
Restaurantes chinos en La Habana

• Santos católicos que celebran su día el 24 de abril:

- En el Almanaque Cubano de 1921:

Santos Fidel de Sigmaringa y Alejandro, mártires y Santa Bona

- En el Almanaque Campesino de 1946:

Santos Fidel de Sigmaringa, Gregorio, Edgardo y Alejandro, mártires, Honorio obispo y Santa Bona, virgen


• Natalicios cubanos:

Galdós Belzaguy, Domingo: -Nació en Pedro Betancourt el 24 de abril de 1873. Estudió ingeniería y comercio en Estados Unidos, completando su formación en Francia. A su regreso se empleó en la Compañía de los Ferrocarriles Unidos de La Habana, pasando después a los de México. Durante la última guerra de independencia se puso a la disposición de la Delegación Cubana Revolucionaria, que estimó más eficaz utilizarlo para labores civiles. Corresponsal de la “United Press” para Centroamérica, Venezuela, Colombia y Ecuador. Director de “La Estrella de Panamá”, de esa república, con sus informaciones fue un activo propagandista de la causa nacional. Al cesar España en su dominación estableció amistad con aquel magnate de las empresa ferrocarrileras que se llamó Van Horne, quien lo tomó a su servicio siendo su colaborador más experto y capaz en su empresa de construir el Ferrocarril Central que tantos y tan preciados servicios prestó al desenvolvimiento de la riqueza cubana. Rápidamente ocupó los más altos puestas: Tesorero, Jefe de Tráfico, Administrador general y Vicepresidente. Al morir el canadiense Van Horne vino a ocupar su puesto el abogado norteamericano Horacio S. Rubens (coronel honorario del Ejército Libertador por sus trabajos en pro de la revolución cubana y su actuación con José Martí), quien con nuestro biografiado laboraron juntos al frente de los Ferrocarriles del Norte de Cuba.


Guije.com - estudios en la cultura y la historia de Cuba El 24 de abril en la Historia de Cuba

• 1898 -

- Manifiesto de Sebastopol.

Emeterio S. Santovenia en “Un Día Como Hoy” de la Editorial Trópico, 1946, páginas 235-236 nos describe los acontecimientos del 24 de abril de 1898 en la Historia de Cuba:

   “La inminencia de la intervención armada de los Estados Unidos en el conflicto bélico entre Cuba y España condujo a los rectores de la Colonia, colocados ya en situación desesperada, a adoptar medidas que tenían el carácter de remedios heroicos. En la segunda decena de abril de 1898 el gobierno de España expidió un bando para hacer saber que había suspendido las operaciones militares en toda la Isla. El anuncio escueto de tal novedad, hecho oficialmente, iba enderezado a crear confusión y desconcierto en las filas enemigas y llevar desconfianza e inseguridad a la opinión extranjera, mayormente a la del pueblo norteamericano, que se hallaba a punto de conseguir que los poderes federales compartiesen su decisión de ayudar a precipitar la victoria de los cubanos.

   “El Consejo de Gobierno conoció con sorpresa la noticia de que el gobierno de La Habana declaraba en suspenso las operaciones militares. En una de sus sesiones, en la del 24 de abril de 1898, celebrada en Sebastopol, en Camagüey, consideró la importancia que tenía aquel acto de los primates de la Colonia. Era menester y urgente decir la verdad. Y la verdad era que los adictos a la dominación de España en Cuba pretendían hacer pasar una suspensión de operaciones militares de su parte, que no requería sino su sola determinación, por una suspensión de hostilidades, que sólo podía producirse por el expreso asentimiento de ambos bandos contendores. Domingo Méndez Capote, vicepresidente de la República y encargado interinamente de la cartera de la Guerra, redactó un manifiesto que, aprobado por el Consejo y firmado por su presidente, Bartolomé Masó, no dejó duda alguna acerca de la actitud de los libertadores frente al caso suscitado por sus contrarios.

   “"La falta de consideraciones en que se nos ha tenido siempre -puntualizaron los libertadores por el autorizado conducto del Presidente- llega hoy, no va a suponer, como antes, que no somos factor apreciable para la solución de los asuntos que a Cuba conciernen, sino hasta suprimir nuestra existencia como elementos que combaten a España con las armas en la mano. No de otro modo se explica la pretensión de dictar un armisticio por una sola de las partes combatientes, cosa que nunca se habrá ocurrido a ejército alguno, cualquiera que sea la situación en que se haya encontrado. Se dice que esa medida tiene por objeto preparar y facilitar la paz en esta Isla. España debiera saber, como lo sabe hoy el Mundo todo, que sólo existe un medio de obtener la paz en Cuba: reconocer nuestra independencia. Eso puede realizarlo el gobierno español, bien evacuando desde luego el territorio cubano o viniendo por camino recto, y en actitud franca a pactar con nosotros sobre la base indeclinable de la independencia absoluta e inmediata de toda la isla de Cuba."

   “La fuerza que siempre hubo en el razonamiento de Méndez Capote se exhibió plenamente en el manifiesto de Sebastopol. El eminente jurista, en función de conductor de los destinos patrios en horas dificilísimas, sometió a la consideración del Consejo de Gobierno y a la firma de Masó el documento que era necesario para deshacer el infundio puesto en circulación por los altos funcionarios de España en La Habana. Los cubanos que mantenían la lucha bélica no estaban vencidos ni arrepentidos. Se habían lanzado a la guerra -una guerra justa, como Martí la había anunciado en el manuscrito de Montecristi-, y ellos la seguían con el fundamental objetivo de conquistar la soberanía internacional de la Isla.”

• 1895 -

1895 en la vida de José Martí Diario de José Martí en Cuba.

José Martí, Máximo Gómez y acompañantes llegan al campamento de La Yuraguana.



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Última Revisión: 1 de Abril del 2008
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