27 de Diciembre en el Calendario Cubano
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27 de diciembre - Capricornio
Capricornio

27 de Diciembre
27 de diciembre - Carlos Manuel de Céspedes en el Teatro de Manzanillo.
Carlos Manuel de Céspedes en el Teatro de Manzanillo

• Santos católicos que celebran su día el 27 de diciembre:

- En el Almanaque Cubano de 1921:

Santos Juan apóstol y evangelista y Máximo, confesor

- En el Almanaque Campesino de 1946:

San Juan apóstol y evangelista y San Máximo, confesores


• Natalicios cubanos:

Núñez Rodríguez, Emilio: -Nació el 27 de diciembre de 1855 y falleció el 5 de marzo de 1922. General del Ejército Libertador. Su campaña comienza con la Revolución de Yara y no cesa hasta que ha visto a Cuba libre. En la última de emancipación tuvo a su cargo el servicio de expediciones. Quien lea la historia de ellas a cada paso hallará el nombre de este venerable patriota. En 1899 fue nombrado gobernador de La Habana y después actuó en política.


Guije.com - estudios en la cultura y la historia de Cuba El 27 de diciembre en la Historia de Cuba

• 1895 -

- La Invasión Libertadora regresa a Las Villas: Avanza de Sabanetón (distrito de Matanzas) a Indio (distrito de Cienfuegos), en total 5 leguas recorridas.


• 1868 -

- Abolición de la Esclavitud por Carlos Manuel de Céspedes.

Emeterio S. Santovenia en “Un Día Como Hoy” de la Editorial Trópico, 1946, páginas 729-730 nos describe los acontecimientos del 27 de diciembre de 1868 en la Historia de Cuba:

   “Carlos Manuel de Céspedes, como cabal servidor de la libertad, se ocupó desde el principio del movimiento guerrero de 1868 en elevar al negro esclavo a la dignidad de persona sin restricciones de ningún género. El mismo 10 de octubre de 1868, al cabo de su jornada inicial, Céspedes emancipó a sus esclavos. Quien emprendía una lucha sangrienta en pos de la nacionalidad sobre bases republicanas y democráticas ajustó su conducta a los principios de que pretendía ser sostenedor.

   “Era menester realizar algo ostensible, pasar de lo particular a lo general, poner de manifiesto la sinceridad de los propósitos abrigados. Así lo entendió Céspedes. Poco importaba, a su juicio, que el partido cubano se viese privado de la adhesión o la neutralidad de los hacendados que se habían mostrado no más que benévolos simpatizantes de la Revolución. La abolición de la esclavitud -la amenaza que aquellos pudientes observaban para sus intereses- era un acto de justicia y una satisfacción demandada por la conciencia humana. No podía presentarse dignamente el pueblo de Cuba ante las naciones proclamando su independencia y su soberanía y sancionando con un silencio criminal la miserable servidumbre de una raza.

   “Consecuencia lógica de la actitud asumida por los cubanos en armas fue la medida que respecto de la esclavitud adoptó Céspedes tan luego como constituyó el gobierno provisional que tomó el título de Capitanía General. El 27 de diciembre de 1868 Carlos Manuel de Céspedes expidió el decreto de abolición de la esclavitud africana en Cuba.

   “El ejemplo dado por Céspedes fue una prueba concluyente de cómo pensaban y sentían los cubanos que consciente y decididamente habían acogido la idea y la aspiración de libertar el suelo patrio. La conducta de los orientales representados por Céspedes al tiempo de firmar el decreto de 27 de diciembre de 1868 tenía hondas raíces. Los que laboraban por la independencia de la Isla consideraban inseparables esa solución y la extinción de la condición servil de parte de la población del país. Céspedes alcanzó el honor de iniciar en Cuba la magna obra de hacer iguales a todos los habitantes de esta Antilla.”


- El 27 de diciembre de 1868 desembarcó el “Galvanic” en el estero Piloto, en La Guanaja, tras burlar la persecución de un crucero español. Esta fue la primera que trajo auxilios del exterior a los patriotas y costeada por la Junta Revolucionaria de La Habana y por los señores Diego Enrique Loynaz y Martín Castillo. Trajo 3,000 carabinas, 150 rifles, 500,000 tiros, 200,000 cápsulas metálicas y gran cantidad de pólvora. Los expedicionarios formaron dos compañías mandadas por Juan Nepomuceno Bozo, capitán; Antonio Espinal, teniente; Ramón Pérez Trujillo, cabo, y por abanderado Fernando Agüero Betancourt, la primera, y la segunda por Enrique Loynaz, teniente, y el venezolano Rafael Godínez que había sido profesor del colegio El Salvador. La bandera de la expedición fue bordada y regalada por unas señoritas de Filadelfia a los cubanos Fernando e Hipólito Agüero. Los expedicionarios fueron José Toimil, Luis Victoriano Betancourt, Rafael Morales y González, Carlos Pérez Díaz, Tomás C. Mendoza, Emilio Rivera, José Aurelio Pérez, Federico Betancourt Salgado, Jacinto Luis, Francisco La Rúa, Rafael Goldin, Ignacio de Miranda, Domingo Valdés Urra, Antonio Miranda, Félix Aguirre, Fernando Fernández Vallín, Luis Lavielle, Francisco Lavielle, José Miguel Núñez, Antonio Zambrana y Vázquez, Julio Sanguily, Emilio Valdés, Severino Batista, José Moría Aguirre y Valdés; Gerardo Pérez Puelles, Francisco González Larrinaga, Narciso Gómez, Lucas Marín, Miguel Perdomo, José Payón, Rafael Ticomb, Ramón Pérez Trujillo, Antonio Vidal, Santiago Millar, Antonio Espinal, Rafael Rosende, Francisco Díaz, Francisco Olivares, Ramón Calvo, Luis Castillo, Juan Loyola, Ramón Salinas, Juan Monzón López, Rafael Valdés, Manuel González, Francisco García, Pascual Osorio, Francisco Burdeos, Antonio Isasi, Alejandro Larrea, Francisco de Paula Aguirre, Enrique y Carlos Loynaz y Arteaga, Francisco Socarrás, Enrique Recio, Fernando e Hipólito Agüero, Julio Guzmán y Juan Nepomuceno Boza. A los dos días una nave de guerra española los bombardeó, intentando los marinos desembarcar, pero los patriotas, bajo la dirección de Manuel Arteaga, construyeron una trinchera en la cual se hicieron fuertes y teniendo que retirarse la nave por el ataque de los rifleros que mandaba el general Quesada. En esta acción y a causa del intenso viento, la bandera cubana cayó del lado al mar de la trinchera, siendo rescatada, pese a las descargas cerradas de los marinos, por Julio Sanguily.

- El “Galvanic” volvió a Cuba en enero de 1869. En esta expedición fue capturado por el crucero español “Conde de Venadito”, después de haber dejado en Cayo Romano a Manuel Sanguily y otros nueve. Remolcado a Nuevitas, fueron los restantes expedicionarios enviados a La Cabaña en La Habana y condenados a trabajos forzados y a presidio en La Carraca (Cádiz), saliendo para allá en mayo de 1869. Los que quedaron en el Cayo Romano, antes del ataque español, pudieron llegar a La Guanaja en canoa, alistándose en seguida en una compañía de infantería al mando de un campesino, el capitán Mestril.



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Última Revisión: 1 de Abril de 2008
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